septiembre 29, 2009

LA BIBLIOTECA UNA MEMORIA QUE DEJA HUELLA


El hombre se caracteriza por ser el único ser viviente que para poder vivir debe inventar su propio mundo; en lo que se pude recalcar el hecho que incluso debe tener un referente de otro para lograr ser él mismo. Además, este para poder sostener su ficción debe trasmitirla, lo cual se “aplica tanto a los bines como a las ideas..() tanto a las fuerzas como a las formas”[1]

Para la creación de dicho mundo, uno ficticio del que alardea ha dominado la naturaleza por su grandeza, sin tener la conciencia de tener que inventarla para asumir su rol dominante.
Si ha de vivir debe enfrentar la muerte y así sobrevivir, para ello ha creado diferentes formas que aflorar, desde lo práctico, lo sagrado, lo mágico, en la búsqueda de la finitud; todo esto para pretender lograr la infinitud.

Así el hombre vive en grupos de comunidades que se conforman en las diferentes maneras de estar juntos, que conllevan a crear la “existencia de las tradiciones; las cuales aseguran, de una generación a otra, la transmisión de las cadenas operatorias que permiten la supervivencia y el desarrollo del grupo social. Se puede discutir sobre las identidades y las disimilitudes, pero el grupo sobrevive mediante el ejercicio de una verdadera memoria, en la cual se inscriben los comportamientos;… () en los antrópodos la memoria propia de cada etnia reposa sobre el aparato no menos complejo del lenguaje”[2]

Las diferentes formas de lenguaje y con la técnica se ha permitido que el ser humano deje huella en su transitar humano, que termina por convertirlo en signo de la presencia ausente de la muerte. “Es correcto decir que el hombre transforma las cosas con instrumentos que, a su vez son cosas elaboradas. ().. pero es verdad decir que no hay hombres ni cosas sin instrumentos.”[3] Pero cómo surgirían las herramientas o instrumentos con los cuales el hombre pude ir creando su nicho de vida y su escudo para enfrentar la inevitable muerte, si no es a través un comportamiento técnico. Dicho proceder aborda un nivel denominado por Gourhan como específico, sociotécnico, e individual.

Ahora bien, el hombre ha vivido por la técnica, es también consecuente decir que la técnica ha configurado un papel primordial en el desarrollo de las comunidades humanas, pues son ellas las cuales han permitido la actualización de lo humano.

Y como dice Gouhan “lo propio de las sociedades humanas es acumular las innovaciones técnicas y conservarlas, lo cual está ligado a la memoria colectiva, mientras que depende del individuo organizar sus cadenas operativas, conscientemente, hacia la fijación de procesos operatorios nuevos”[4]. Este mismo autor señala que la memoria colectiva puede dividirse en cinco períodos: el de la transmisión oral, el de la transmisión escrita con tablas o índices, el de las fichas sencillas, el de la mecanografía y el de la separación electrónica.

Con todas esas memorias colectivas se dejan huellas, con las cuales se ha vencido a la muerte, entre una infinitud de huellas encontramos los libros, los cuales hacen parte de la memoria de la humanidad a través de los tiempos; y como diría Felix Duque, dicho instrumento le sirve al hombre para ver la realidad que encarna su saber práctico y la propia materialidad. Y un lugar caracterizado por conservar los libros es a su vez la biblioteca, proveniente de 2 palabras de origen griego; biblion que significa libro o documento y teké, que quiere decir caja.

Para los bibliotecólogos, actualmente les es difícil reconocer sus roles profesionales, pues si bien la biblioteca se ha caracterizado por ser aquel espacio de bodega para el pensamiento humano, las necesidades y la puesta en escena de los compromisos que adquiere dicha institución para con las sociedades modernas la hacen replantearse en su función, su misión y los roles de los profesionales al frente de dichas unidades de información.

Para el teórico Jesé Shera, la biblioteca como institución social tiene la finalidad de servir a la cultura y es un organismo de comunicación, en tanto que el bibliotecólogo desempeña el papel de mediador entre los seres humanos y sus registros gráficos. Este estaudinese, con su discurso plantea un ron de la bibliotecología enmarcado dentro del proceso de la comunicación. Por otro lado, son los soviéticos, quienes resaltan la valoración del papel de la biblioteca no sólo como un componente clave en el sistema social de comunicación sino, fundamentalmente, como parte orgánica de la vida social, económica y cultural de un país y como institución formadora de la conciencia social. La biblioteca ocupa un lugar central en la estructura de la circulación y la utilización social de los libros, de la orientación de la lectura y del servicio de información a la población, y como el espacio propicio para la formación de una personalidad armónicamente desarrollada, esto es, la biblioteca como base de la educación en tanto contribuye a la formación del aspecto espiritual y de la conciencia política y social del hombre, y como centro de divulgación de los logros de la ciencia y de la técnica: "La biblioteca es una institución ideológica y científico-informativa"[5], que orienta la labor educativo-cultural y de información a toda la población. En resumen, según la Bibliotecología soviética, las bibliotecas son instituciones culturales educativas, ideológicas y científico-informativas que posibilitan la participación de las comunidades en la toma de decisiones políticas, económicas, científicas y culturales[6].

La biblioteca se considera, pues, una institución social tan importante como la escuela o la empresa, máxime en el tiempo actual, cuando la información se ha convertido en un componente fundamental de la dinámica mundial en todas las actividades humanas. Así, en la biblioteca se realizan actividades que contribuyen a la creación y transmisión de valores o de significados, cuyo fin es modelar el comportamiento social mediante la formación de las personas y su integración a las convenciones y estructuras culturales por medio del libre acceso al conocimiento contenido en los registros gráficos.

Hoy en día la Biblioteca, institución esencial de la Bibliotecología representa el lugar de encuentro de situaciones, contacto o acciones conjuntas entre individuos de distinta cultura; es vista como institución traductora de interculturalidad, por tanto genera una interacción comunicativa con la otredad, con lo diverso, con las diferencias.

La Biblioteca al estar inmersa en un espacio semiótico sirve de traductora y puede situarse como filtro pues codifica los signos y los hace públicos. A través de su papel como traductora, la Biblioteca logra la intersección entre el conocimiento registrado, el lector y su herencia cultural, es decir propicia el encuentro con la tradición.

La biblioteca por esencia es un espacio multicultural pues sus agentes son reconocidos como diversos, y a la vez propicia la interculturalidad, es decir posibilita la comunicación y el diálogo respetuoso y tolerante. Ella conserva las huellas, hace parte de la memoria de la humanidad, posibilita el intercambio y genera el espacio para la convergencia de la diferencia, su rol se ha visto transformado al albergar en ella un espacio para el arte comprometiéndose así en un espacio abierto a las representaciones culturales. Permitiendo que el hombre accedas a su memoria escrita e inscrita en las representaciones artísticas.


Bibliografía
[1] Debray p.15-16
[2] GOURHAN, André Leori. El gesto y la palabra : la liberación de la memoria. p.216
[3] DUQUE, Felix. Filosofía de la técnica de la naturaleza. p.40
[4] GOURHAN. Op cit., p. 229
[5] CHUBARIAN, O. S. Bibliotecología general. La Habana: Ministerio de Cultura, 1976. p. 57
[6] Ibid., 367 p.


(Octubre, 2004)

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