mayo 06, 2011

EL LECTOR: ACTOR CENTRAL

Retomando el texto “Los Usuarios” de Claire Guinchat y Michel Menou[1], afirmamos que el elemento fundamental de cualquier biblioteca es el usuario, presentado éste como el eje central, ya que interfiere en casi todas las operaciones de la cadena documental. En tanto beneficiario de servicios, usufructuario de colecciones, consumidor de informaciones, interesado en las fuentes de información y en las comunicaciones, el usuario ya no es un ente pasivo, pues sus actividades, su placer y sus necesidades son las que dan vida a las bibliotecas. Hoy todo usuario tiende a ser o es un navegante y un investigador. Sus requerimientos tienen incidencia, no sólo en la circulación y almacenamiento de informaciones y conocimientos, sino también en su producción, pues los procesos de apropiación que desarrolla –y que deben potenciados y facilitados por la biblioteca– se vuelven cada vez más exigencias de primer orden para las fuentes de la información.

Los usuarios son ellos mismos fuentes y conocerlos es la mejor manera de mejorar las bibliotecas y de insertarlas en nuestras sociedades cambiantes. Se han convertido en generadores de nueva información y de nuevos conocimientos. Los usuarios, en este sentido, se definirían entonces como esos individuos o grupos de personas con la capacidad de enfrentar diferentes realidades, circunstancias y problemas nuevos. Confrontación que los lleva a identificar requerimientos informacionales precisos para la solución de dificultades, pues en tanto grupos o individuos insertos en comunidades, usan la información para la toma de decisiones o bien para la aplicación en procesos de decisión. Desde el punto de vista solamente individual, las bibliotecas deben seguir permitiendo y respetando como hasta ahora la posibilidad de exploración de sí mismo a través de la libre navegación por el pensamiento de los otros, al mismo tiempo que puede instalar especies de mojones en esa navegación cuando multiplica la lectura en voz alta, los encuentros con autores y la promoción de la escritura en la gente común y corriente.

Siguiendo la postura de Mónica Izquierdo, las investigaciones sobre actitudes, hábitos, comportamientos, necesidades, deseos y preferencias de los usuarios son un “conjunto de estudios que tratan de analizar cualitativa y cuantitativamente la interacción entre la información en todas sus dimensiones y el usuario, incluyendo en su valoración el contexto situacional o pragmático en el que éste se inscribe[2]. De ahí la importancia de la actualización permanente de las colecciones de las bibliotecas, de la ampliación de servicios y redes, de la mejora en la oferta y variedad de productos y políticas nuevos. En suma, cada biblioteca debería trabaja cada vez más en el conocimiento de los usuarios y sus necesidades. Y entender éstas no sólo como carencias informativas o como el conjunto de datos requeridos para cumplir unos objetivos determinados, sino también como placer de conocer, placer de ver y de leer que deben ser satisfechos para que la vida biblioteca, el usuario, no la abandone.


[1] GUINCHAT, Claire; MENOU, Michel. Los usuarios. En: Introducción general a las ciencias y técnicas de la información y documentación. España : CINDOC/UNESCO, 1992. p. 458

[2] IZQUIERDO ALONSO, Mónica. Una aproximación interdisciplinar al estudio del usuario de información : bases conceptuales y metodológicas. En: Investigación Bibliotecológica. Vol.13, no. 26 (ene.-jun., 1999) p.124

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Buscar este blog